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viernes, 31 de julio de 2015

AUSENCIAS


En tus ojos un eco de vigilia,
de huraña ausencia, pálido escozor,
revelan el auténtico dolor
por quienes ya no están en la familia.

Hoy faltan los que a puro corazón
dieron cuerpos y amor a la faena
de eslabonar la cándida azucena
del doméstico templo floración.

Hay un filo de espanto en cada ausencia,
hielos en los rincones de argamasa;
una materia indócil, cuya esencia

viene de la desnuda indiferencia
y despuebla de pájaros la casa.
Y hasta  verla y oírla te desplaza.

Amílcar Luis Blanco

jueves, 23 de julio de 2015

Mientras la noche cae


Mientras la noche cae me guardo en tu mirada,
en tu sanguíneo  sol,
pudoroso arrebol;
ese filo de luz, pura estocada
con que hieres la sombra.

El esperar se sume en la negrura,
y el muelle de tu piel,
escollera, escabel,
muslos en la mitad de tu estatura,
sostienen todavía mi cabeza.

¿El filo en tus pupilas
levantará el silencio?
A tu mano aquerencio
mientras la noche cae
mi cuerpo que aguardándote vigilas,
mis desvelados ojos.

(Amilcar Luis Blanco "The yellow robe", oleo sobre tela de Sarah Sedwick)

lunes, 20 de julio de 2015

ENROQUE




No dejes de existir mientras te evoque, 
ceñida y vacilante en  mi memoria.
Mi vida con tu vida hacen su historia
y, en el tablero del azar, su enroque.

La coincidencia par de igual enfoque
frente a la complicada trayectoria
de un destino de torre y vanagloria
nos fortalece al fin en cada choque.

Somos reyes también; el vano toque
de un aparente orden. Y hay euforia
para escoltarnos en un mismo bloque

contra un jaquear de meta disuasoria
que nos quiere vencer en el disloque
de este ajedrez fatal de escasa gloria.

Amílcar Luis Blanco (Foto para la portada del libro "La vida que se va",  de Vicente Leñero)  


domingo, 19 de julio de 2015

LOS ÁNGELES






Suelo quedarme solo tantas noches.
Ardido en la intemperie.
Cuando todo lo que fuimos y somos pregunta.
Abre oídos al silencio,
ojos a la negrura de la noche.

Alguien o algo desde nosotros y hacia nosotros se oculta
y tontamente me pregunto por el ángel;
ese ser transparente atravesado por las horas.
Lo imagino rondando,
abriendo los cajones de un mobiliario para prendas o diarios obsoletos

Los ángeles son o están seguramente para los ausentes,
para esquinas y rincones vacantes,
sitios donde la soledad acomoda sus cantos
y sus gruesas caderas de doncella envejecida.
Aires en los que sus curiosidades zumban 
alrededor de las cataratas de sus gargantas.

Ellos están caminando, ondulando por todos los costados,
rozándonos las sienes, las costillas, los glúteos,
metiéndose en la selva de ansiedades despiertas,
cuando pliegan o baten sus alas para abandonarnos
y después regresar y anidarse en nosotros.

Amilcar Luis Blanco ( "The Sense of Sight" Oleo sobre tela de Annie Louisa Robinson Swynnerton)

sábado, 18 de julio de 2015

Hay días




Hay días en los que me siento vientre,
anticipo, calandria, o fluir de aposentos
usados, días, en los que la marcha de las horas
a los días, los días a las horas,
se descuelgan del tedio y los mañanas.

Días de atambores y timbales, de címbalos,
augures, anuncios y pregones y fantasmas
y no vienen de mi, sólo de mi no vienen
y no vienen de otros, sólo de otros no vienen
y descuelgan sus trapos en mis tripas.-

Y me herrumbran de a poco,
los brazos, las muñecas, la ilusión
de placeres que se caen de mis manos
para evidenciar tanto desierto.
Días de atambores y timbales, de címbalos.

Amilcar Luis Blanco  (Pintura de Emil Nolde)

jueves, 16 de julio de 2015

DOS MUCHACHAS




Si están en mí,
si por ustedes voy al cielo desde hierbas hirsutas
y mi fiebre persigue las cuantiosas bisagras,
los ángulos de formas redondeadas, los vértices,
viajando en el deseo ferozmente desde mis labios
a los montes lobunos de sus grupas.

Si me ascienden indígenas del tedio a sus testas salvajes
y mis palmas recorren los volúmenes duros
de sus cuerpos volcándose a la tierra,
nerviosamente tensos para esperas y dudas,
blandos y relajados porque el susurro de la brisa los convoca.

Es porque fuera y dentro de mi todo sucede,
y sin respeto alguno hacia mis años,
en el dolor fluente de un río cercano a la cascada,
un labial horizonte evapora latidos de mis párpados
levanta albas sucesivas en pechos aspirantes y expirantes
acunándose en expectativas de besos y caricias,
derrumbando las sombras violentas de las tardes,
sin respeto a mis años. Mi escasa certidumbre
sobre la selva de pasiones impostoras
sólo espera la paz de un rebaño de nubes
para seguir creyendo en lo verde y celeste de la tierra
y en el amor que inunda de blanco las distancias.

Amilcar Luis Blanco ( "Dos muchachas en la hierba" oleo sobre tela de Otto Mueller)



domingo, 12 de julio de 2015

Llueven tus celestes ojos






Llueven tus celestes ojos,
llueven sobre la niebla y la distancia,
llueven en las claridades y las sombras,
sobre las copas de los árboles añosos.
Llenan de infinito los rincones
y arrancan brillos de la tierra
convirtiéndola en barro,
construyéndole charcos
como ojos del cielo caídos en el suelo.

Si fuera agua de llanto sobre la magenta
de arena del desierto;
agua de ansiosa tregua en la penumbra,
barrera entre la oscura voluntad bien cabría
de los machos oscuros y el alba y la blancura,
mujer el celeste de tus ojos anunciaría la gloria.

Llueven tus celestes ojos
más allá de las tardes,
contra las manecillas de los relojes que clausuran las horas
o las despachan hacia mareas de tiempo momentáneas
que se van con las nubes para seguir viajando.
Llueve el celeste de tus ojos como la levedad de un mar imaginado
que cabe en la ilusión o en los recuerdos.-

Entre el fuego y la sombra una celeste lluvia imaginaria
distingue la maldad de las bondades
y distribuye panes y silencios, alivia las jornadas de las manos callosas
que dadas al trabajo se marchan de los cuerpos
y siguen apretando y componiendo los detalles absurdos de los días aciagos,
de los días que tienden herrumbres y metales y las vuelven maltratos y trapos de fregonas,
donde siempre golpean las gotas de tus ojos
sonando como notas musicales, separando los bienes y los males.

Amilcar Luis Blanco (Oleo sobre tela de María Clemencia Botero Yalí)

sábado, 11 de julio de 2015

ENGAÑARSE



Si callando me encuentro con tu mortal sentido
y dándome a tus ojos, a tus manos, me ocurre
sentir que la mentira cuerpo a cuerpo discurre
con  mi amor, una culpa pulsará en su latido.

Y andar o navegar o perderme aturdido 
será sólo accidente del vivir pues me advierte
que hasta en la certidumbre oscura de quererte
habrá un anclaje claro de gozo y paz tendido.

Y si mi amor sin culpa no ejerciera, habría de perderte 
sin duda a cada tramo por haberte mentido
y andaría sin soles ni rumbos por no verte.

Desahuciado, vacío, solo, atroz, desunido,
en la ceguera turbia que postula la muerte
por haberme y haberte engañado y perdido.

Amílcar Luis Blanco ("El Tiempo salva a la Verdad de la Mentira y la Envidia, oleo sobre lienzo de Francois Lemoyne)

jueves, 9 de julio de 2015

JOHN LENNON - STAND BY ME - HD

BAILADORA DESNUDA



Vuelvo del frenesí después de tanta rumba,
después de tanta danza y mareos y dones,
porque así te modulas y en turbias expresiones
tu tez sobre tu cuerpo se cierne y se derrumba.

Pongo mis palmas dónde volándose  retumba
en tu sangre morocha  un vendaval de halcones
elevándote a un cielo veloz sin escalones
para poder gozarte en el aire que zumba.

Desnuda, toda Diosa, en pose de macumba,
magnetizas deseos, acidulas pasiones,
y en tus ondulaciones hasta el sol se  azurumba.

Por tenerte los nobles darían sus blasones
y los reyes sus reinos ¡Después de ti la tumba!
¡Oh mujer pura luna, hecha curvas y horcones!

Amilcar Luis Blanco (Grafito de Shane Wolf)

martes, 7 de julio de 2015

La Oreja de Van Gogh - Deseos de Cosas Imposibles (En Vivo) ft. Abel Pintos

ENAMORADOS





Para encomendarse a sus brazos
una mujer se enamora del hombre que la abarca
y  también lo acepta sin sospechas.
Es decir se colocan bajo los mismos arcos.

Ambos están entonces en un ir y venir
desde ellos mismos al norte donde se unen.
De manera tal viajan por el mismo camino.
aunque distintas esquinas  los hayan visto partir.

Una mujer, un hombre, se sostienen
tan sólo con mirarse si se aman
una vez  encontrados
y ya cuando se tocan mandan a tierra el miedo.

Claro,  a veces suelen elevarse
porque una misma luz los magnetiza;
una estrella de amor que ambos encienden
bajo una misma luna.

Bajo los cobertizos de las sombras
los amantes se encuentran uno a uno,
uno a dos, dos a uno;
sendas aguas enlazan sus turbias transparencias.

Amilcar Luis Blanco ( "Beso rojo", oleo sobre lienzo de Joseph De                                   La Torre)

domingo, 5 de julio de 2015

CUERPOS Y ALMAS




Hemos perdido nuestras almas,
quiero decir  memorias,
las verdades de a puño
y también las mentiras,
pero todavía tenemos los cuerpos;
esas materias muchas veces grises,
sentidas como tales.

Nuestras madres deshojaban los inviernos
para cobijarnos del frío.
Contaban cuentos sobre fingidos arrabales
y nuestra memoria atesoraba encuentros
y todo tipo de posibilidades.

Un percibir de ojos, oídos,
piel para las temperaturas,
paladares y olfatos
para sabores y olores.

Mientras escuchábamos complacidos o ahitos
había trenes que llevaban las lluvias
sobre carriles de reflejos
hacia ciudades construidas con altos edificios
y calles iluminadas de soslayo
en las que vivían gentes felices.

Pero ya sin memorias,
ejerciendo el olvido,
los que otrora fuimos,
hemos perdido mecánicas
de habilidad manual,
prácticas físicas
y rutinas del alma que se iba y volvía
en infinitos vuelos.

De modo que estamos muertos
en vida sin saberse hasta cuándo
y ya sin infinito, por supuesto.

Y eso será hasta que al olvido de nosotros mismos
suceda el abandono de los demás.
Entonces estaremos en la memoria de los otros
únicamente cuando puedan y quieran recordarnos,
ya no seremos ni siquiera cuerpos.


¿Pueden algunos así decirnos o decirles
a nuestros seres queridos
que otra vida nos aguarda
más allá de la vida que perdimos
cuando todavía nuestros cuerpos respiran
sin que los rostros se les desmoronen
y de allí y hacia bajo se les caigan  los esqueletos
golpeados por una vergüenza contundente
al mentirse y mentirnos tanto?

Cuando sólo  queda el sufrimiento.
Porque el placer que dan las sensaciones,
abrigos,  alimentos,
agua para la sed, coraje para el miedo,
si no alcanzan a ponernos en el umbral de la esperanza,
son sólo resplandores instantáneos,
flashes de una cámara automática.

Las agrupaciones de la nostalgia
son en sustancia iguales a las dunas del desierto;
las abre sólo la paciencia del viento.
El tiempo es viento y merma sus arenas,
desoculta sus llagas,
abre sus piernas de vírgenes soplándolas,
deja al descubierto sus ápices y vértices,
les insufla mareas de calor insoportable
y hace prismas con  sus colores de amarantos y tiznes
hasta convertirlas en luz esmerilada, 
en sólo luz o lastimosa niebla, 
lamiéndoles después al paso sus heridas,
abriéndolas en labios,  pétalos ateridos, 
como un amante de talento.

Amilcar Luis Blanco ("Las señoritas de Avignon", oleo sobre tela de Pablo Picasso)

jueves, 2 de julio de 2015

RECUERDOS ANÓMALOS



Recuerdo esos días en los que no había nacido.
Días de olvido,
de sombras que se deshojaban a cada momento
cayéndose del árbol de las horas.

Por las mañanas la luz se cuadraba
en un ejército de ventanas
que me llamaban al mismo tiempo
para jugar a las esquinitas.

Mi madre todavía no me sospechaba
y se soltaba de cuerpo frente a las sonrisas
y mi padre atusaba sus bigotes frente a los espejos.

Ellos ni siquiera se conocían.
De modo que asistían a bailes y banquetes
completamente desprevenidos de sí mismos
y por supuesto de mí, del que ni hablaban.

Se lo anormal, lo no permitido,
de recordar estos recuerdos
para siempre prohibidos.

Pero hoy no he podido resistirme
en vista de tanta nada
y por supuesto de tanta posibilidad
de ser también el que no he sido.

He tropezado con la luz, una mesa, un vino,
relojes ocupándose del horizonte
¿Podría acaso resistirme
a regresar a todos aquéllos lugares en los que nunca estuve?

Amílcar Luis Blanco  (Pintura surrealista de Francois Joly)