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martes, 29 de julio de 2014

EL LUGAR ESTA SIEMPRE





El lugar está siempre,
no tiene momento ni medida.
Es ese tango, esa milonga bailados
por los que se fueron de todas las pistas.
Endemoniados bailarines engullidos por la tiniebla.

El encanto desnudo, la eternidad, el instante,
la noria arrepentida que en su rutina gira
y el mundo siendo rueda.
Todo eso queda en otro lado.
La mañana cayéndose en el río,
en un río de cielo y de penumbra.

Y más allá en el bosque, en el sendero,
donde la gente corre para correr sus miedos.
Allí mismo, te estoy esperando.
A veces vivo dentro del espejo
y cuando eso ocurre necesito tus ojos para verme
tus manos palpándome en el cristal azogado.

A veces me cuesta mucho salir a correr,
a contemplar el mundo y a tocarte,
simplemente a tocarte allí donde la soledad te duele.
El lugar del martirio de las ausencias
es también el de los olvidos que se cierran
como las gargantas de los ahogados.

Hay un lugar de muda cumparsita,
implícita claro, en la que bailo contigo
como sobre un disco girando sin fin.
Canta Gardel, bandoneonea Troilo
y Pugliese pianea claros como plenilunios.

Hay un sitio de manos y de abrazos,
de cintura y adiós y pasos elegantes
Un pelo de balcón y de guitarra.
Un lugar que está siempre palpitándonos
Vuelve para sumirnos y cifrarnos en un compás de gratuidad y vano alarde.


Amilcar Luis Blanco  ("Tango", Oleo sobre lienzo de Juan Gatti)

domingo, 27 de julio de 2014

¿Hasta cuándo el guerrear se hará valer?




El Islam enfrentándose a la Torá ¿Puede ser?
Es decir ¿éso?, que se actualice una disputa
otrora entre el cristiano y el musulmán que enluta
hoy en franja de Gaza su nuevo acontecer.

¿Hasta cuándo el guerrear se hará valer?
¿No hay clara inteligencia que salve la disputa
o lengua suficientemente astuta
que haga entre ellos un alba de paz amanecer?

¿Hasta cuándo la lógica del llanto,
lógica de la muerte y el espanto
podrá su perversión establecer?

Hay fuego en las domésticas marmitas,
heridas en los cuerpos, misiles, balas, gritos, padecer.
Hay sufrimiento en infernales cuitas.

¿Acaso este guerrear que se proyecta
desde milenios hasta aquí es un canto?
Oculta muerte tras la risa abyecta
y se hace cotidiano, doméstico y de Santo

un contencioso duro de madera siniestra,
desde dientes y huesos sin luz, de escepticismo,
hacia un sombrío azar que defenestra
lo vivible y humano por sólo un dogmatismo.

Niños desvencijados, estériles mujeres,
han dejado las bombas y desmembrados seres.
Y todo por parábolas de verbal espejismo

y sentencias pasadas y arduos menesteres
de ritos proyectados desde un mortal abismo
que cavaron cautivos de un dual monoteismo.

Amilcar Luis Blanco ("La batalla del río Guadalete" 711 a.c.)

sábado, 26 de julio de 2014

CERCA DE MI





Cerca de mi, igualándome al  abismo,
siéndome sombra espesa y envolvente;
una pasión me arrastra en su torrente.
Cerca de mi pero hecha de espejismo.

Avecindada, espuria, en son de sismo,
de catarata infiel aunque aquiescente,
llevado voy por su caudal silente,
hundiéndome en lo oscuro de mi mismo.

Proximidad de trabajoso autismo
solicitándome; sirena urgente
sacándome de un sólido mutismo.

Cerca de mi, muy próxima, caliente,
poniéndole a mis ojos tu estrabismo,
hecha de mar y espuma, evanescente.

Amílcar Luis Blanco  ("La cueva de las ninfas de la tormenta" pintura de Edward John Poynter)

Emeli Sandé - Next To Me

viernes, 25 de julio de 2014

TORMENTA






Todo sale de un centro y no se sabe cuál es
y sobre todo el viento se lleva puesto el día;
un flamear de distancias en banderas y sábanas colgadas
en copas de  árboles y  cabellos de  mujeres.

Las piedras pulen sus rugosidades bajo el torrente
que va juntando los instantes, apilándolos,
después de reducirlos a láminas pringosas
mientras la electricidad golpea el aire convulsivamente.

Nos amarramos desesperadamente porque su fuerza invisible nos desnuda
y nos hace borrosos, expuestos a la velocidad de elementos desatados,
cautivos silabeantes de una furia que nunca nos escuchará
porque viene y va más allá de nuestras intenciones y denuedos.

Pero todo se inclina, todo nos llama cuando la borrasca accede a nuestro tiempo,
a ese instante de tiempo que nos lleva cautivos y vivimos engañados,
porque descubre el lado siniestro de la impostura; así como la sombra cae sigilosamente
sobre la luz enhiesta del sol cuando atraviesa un mediodía de calma y de pronto oscurece.


Amilcar Luis Blanco (Pintura de Paolo Uccello)

miércoles, 23 de julio de 2014

MARILYN


No se me ocurre nada Marilyn, sí mirarte.
Ver que el rojo te guarda y te desnuda
y el blanco de tu risa la hace clavel y duda.
Y el sol te da una luz de fervoroso arte.

Estás sobre la piedra gris, en pose y animada,
y es un geiser de oro hacia el aire tu pelo.
Hay noche en la ternura de tu piel nacarada
el tiempo te ha metido las manos y con celo.

El tiempo ha manoseado tu cuerpo por tenerte
y edificar tus pechos de quietud y de alzada.
Un encanto de fuente, de agua, te convierte
en la mujer más bella, erótica y deseada.

Por birlarte a la muerte el tiempo resucita
tus ojos parecidos al dolor más oscuro
y también ejercita su angustia más contrita
trazándote en los labios su placer inseguro.

El tiempo enamorado su pasión te gritaba,
quería rescatarte para siempre del miedo
y vos, ninfa perdida, si tu angustia lloraba
a otra selva de sombras te ibas, a otro  enredo.

Y la muerte por fin se adueñó de tu nada.
Pero la luz te guarda así, como en un sueño,
alegre en tu silencio, tu color, tu mirada,
para que el tiempo adore su espléndido diseño.

Amilcar Luis Blanco

lunes, 21 de julio de 2014

ESPERAR




Esperar al amor en la paciencia,
junto al hogar; esperar, esperar.
Cavilar mientras tanto, cavilar
y recordar lo amargo, y a conciencia.

Él se distrae de vos, te da su ausencia
y agranda tu dolor.-Ese creciente mar
de acíbar y tormento; el lento azar,
la lerda soledad sin estridencia.

Todo se opaca, carga opalescencia
pone luto al color, coto al gozar
cuando se extraña un ser, una experiencia

de vida compartida y singular.
Amar es ansiedad y virulencia
de pasión angustiosa sin saciar.

Amilcar Luis Blanco  (Pintura de George Owen Wynne Apperley)



domingo, 20 de julio de 2014

GARBO II





Esto de unir el sol y la alegría
y el glamour, estandarte del orgullo,
es proclamar la luz en pleno arrullo
y ataviarla en desdén y bulería.

Hundir el cascabel en la ufanía
de la falda en festones y capullo.
Ser la seda y el oro y el murmullo
admirativo de la chusma umbría.

De la bohemia nómade al marullo
de las borrascas la gitanería
sabe subir su garbo al caramullo

y erigirse en quietud de epifanía
saliéndose de pronto del barullo
de palmas, taconeo y brujería.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de George Owen Wynne Apperley)



sábado, 19 de julio de 2014

GARBO




El garbo vuela en aires y marea
y si está en la mujer lo vemos irse
y quedarse a la vez y nos golpea.
El abanico quiere abandonarnos
Hombro, cuello, busto y frente de Circe.
La luz bruñe el perfil hasta agotarnos.
Gracia, glamour, en pómulo, en nariz
y en la estampada rosa y en los cuarzos
de ese lienzo de hilo con flecos de tapiz.
De la cintura al torso y del brazo a la mano
hay un erguirse majo, saleroso y gitano.
Y en el sombrero aprisionando mechas
de cabello castaño y gaditano,
rozaron encendidas las endechas
y en su fieltro las lunas patinaron
deseos como brasas, como flechas
que en  albas sin sospechas
para un afortunado se apagaron.


Amilcar Luis Blanco (Pintura de George Owen Wynne Apperley)

jueves, 17 de julio de 2014

LASCIVIA





Ese demonio hay días que te estalla,
te acaricia y ensucia y se reparte
por tus lados ebúrneos;
te desnuda,
más aquí, más allá, sitiándote.

Ese demonio de pasión arroja
la luz sobre tu sombra, te deslíe;
despojada y aviesa en la sonrisa
y tus manos se tensan en figura de copa,
de silenciosa copa contoneada.

Es como si convidaras
a beber el alcohol lúbrico de tu ansiedad
y, en esa alquimia, lánguida de angustia,
ofrecieras
tu corazón a nadie.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de John White Alexander)

martes, 15 de julio de 2014

Anibal Troilo y Roberto Grela - Pa Que Bailen Los Muchachos y Silbando

Aníbal Troilo - en Esta Tarde Gris (1941)

HUBO NOCHES




Hubo noches en que  te recordaba,
noches de sueños rojos y penumbras amargas.
En ellas te fundías con ansiedades turbias
y yo me lamentaba como si nunca te hubiera conocido.
"¡Qué loco que fue aquéllo, qué loco!"
parecías decirme todavía.
Mientras yo palpitaba,
desnudo y en tinieblas palpitaba.
"Qué loco que fue aquéllo" repetías
y en tanto recordaba todo mi ardor se iba;
mi sangre entera dentro de una pieza sola,
mi corazón solo y entero adentro de la sombra.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de John White Alexander - "Negro y rojo")


Sentada y en silencio





Tu estabas sola, sola y en silencio,
abandonada en el sillón
sentada entre tu lánguida elegancia;
abandonada como el sol,
vestida
de muda temperancia.

Y yo te contemplaba embelesado
sin animarme a nada.
Estabas recubierta de tiniebla.
Un vestido de raso de tiniebla.
Y tus hombros, tu cuello, tu antepecho,
tus manos y tus brazos destellaban.

Eras un sol mujer reconcentrado.
Metida en el sopor de tu silencio.
Hundida en el hacer de tu abandono.
Decorando la luz por todas partes.
Iluminando el lienzo de la arcilla.
Y despojando el cielo de ventanas.

Amilcar Luis Blanco (Pintura de John White Alexander "Mrs. Herman Duryea)

GREGARIOS




Todo nos llama.
Acudir y sentarnos y esperar.
Nos golpean las luces, los colores,
volúmenes absurdos, cuerpos, sombras.
Nos sentamos arriba del silencio
y nos cubrimos con ligeras hebras
de lánguidas tinieblas, provocativamente.

Todo así repartido nos traspasa
y hundimos nuestros pies y metemos las manos
en un alrededor habitado por sueños
de otros que fueron siendo, vistiéndose del habla,
en palabras, en músicas, en ruidos.
Todo nos habla y una astral ternura
se inclina a nuestros hombros y nos alza.

Hay un ir y venir entre nosotros,
oscilación de tiempo, pasos ebrios,
caminatas insomnes y trastiendas,
mostradores, bastiones, instrumentos;
hay un ir y venir y nos trasciende
nos lleva entretenidos, distraídos, anárquicos.

Uniéndonos en glorias de entrecasa
junto a las cuencas áridas del día,
sentados a la mesa con los muertos
asumiendo las cálidas manías
y las enfermedades que nos tienden las camas.
Alicaídos, álgidos, mostrencos;
desnudos siempre al borde de la nada.

Amilcar Luis Blanco ("Bañistas" pintura de William George Gilles)

viernes, 11 de julio de 2014

INCÓGNITA




andrew archer gamley-mujer desnuda

¿Dónde reposan el sueño, la inocencia,
el mutismo de una mujer cansada,
cuando la desnudez guarda la compulsión
en una cuenca de labios resignados?

Acaso la mujer fue a modelar a lo del artista
por algún dinero para que su belleza le calmara el hambre.
Entonces apoyó resignada las plantas de sus pies sobre el suelo
y encontró en su dureza lo blando de la sombra.

Dijo: ofrezco mis senos, mi vientre, mis hombros, más allá del espejo,
afuera de mis ropas que recubren mis tratos cotidianos
para que otros me miren.
Pero me quedo dentro de mi misma,
esperando.

Tal vez habló consigo misma.
Es poco probable que no se haya dicho algo,
que no se haya dicho nada,
que no se haya guardado mientras se desnudaba.

Amilcar Luis Blanco  ("Mujer desnuda" pintura por Andrew Archer Gamley)

Haikús de la palabra



pompeo batoni-apolo y las dos musas


Alrededor de la palabra
me voy quedando ciego,
manco,
mudo,
espejándome de mundo.

Alrededor de la palabra
gira el día,
la rosa satisface su ardor efímero,
hasta marchitarse.

La palabra nos tiene,
nos usa.-
A veces sospecha de nosotros
y calla.

Cuando calle para siempre
ya nos habremos ido,
sin saberlo.

Amilcar Luis Blanco  ("Apolo y las dos musas" pintura de Pompeo Batoni)

martes, 8 de julio de 2014

DESEO DESNUDO





Ella tiene la pinta de un deseo desnudo,
se deja iluminar por la luz,
se deja estar como un felpudo
pero se tensa si la miran y se siente una cruz.

Adentro está ceñida en lo sinuoso
de si misma.
En lo curvo y audaz, en lo gracioso,
por el flanco desnudo en que se abisma.

Un volverse en la tórrida silueta
de volúmenes guarros.
La posesiva treta
de afirmarse en ebúrneos despilfarros.

Cuerpo desnudo de mujer curvado,
asentado en la curva que se ahonda.
La grupa en la caída o en el vado.
El muslo en lo cimero de la onda.

En su figura que al deseo llama
y del deseo huye
una bífida víbora se inflama
se envenena y destruye.

Amilcar Luis Blanco (Pintura de Luana Sacchetti)

IMPRESIONES DEL CONDOR







Nadie quiere acogerse en este sitio.
No hay lugar sino para mí posado en la saliente de la pared de piedra
y en mi corazón sólo el sigilo bombea
al ritmo de las ráfagas heladas que cruzan el abismo.

Nadie puede posar sus garras más allá de la cornisa
o mirar al desfiladero de las sombras y su torbellino desafiante.
Únicamente un desplegar de alas y el oficio del vuelo,
permiten atravesar las nubes aún en las borrascas.

Desde el pico cayendo hacia el profundo valle
nunca hubo nadie conmigo para enfrentar el viaje
y escudriñar senderos y bosques donde crecen preguntas
como llamas de hielos y piras de humeantes araucarias.

Nadie quiere ponerse al abrigo en la altura,
porque la altura es viento helado y acometida siempre
y sólo puede confiarse en la cautela de las rocas
a menos que algún Dios encienda el fuego.

Pero no, sólo hay fuego en mis ojos en brasas encendidos
y también en mi sangre cuando sostiene la agitación de mis alas
transportándome en el espacio contra el viento
debajo está el violeta de la angustia y el miedo y no hay Dios y no hay fuego.

Amilcar Luis Blanco  ("Condor andino" Oleo sobre tela por Javier Molina)


domingo, 6 de julio de 2014

PUERTOS Y NAVEGACIONES.








Instantes detenidos en la velocidad despaciosa
de las mareas incesantes;
antiguos puertos,
flejes, grúas, plumas, contenedores,
gaviotas sobre el agua con petróleo,
hombres hombreando bolsas
y bodegas
tragándose los bultos y las sombras.

Y el vaivén de las olas agitando las barcas
contra los cantos del dock.
Enormes travesías bajan y suben
en aguas detenidas largamente surcadas
durante los lentos itinerarios
anotados en las bitácoras
hasta que al fin se lanzan las jarcias y las vergas
y el áncora desciende hasta el fondo de lodo.

Silos en cuyos vientres silban los fantasmas,
los espectros de adioses
y una pelota desvencijada en el azul sobre el cemento,
como un trozo de cielo muerto que se hubiera caído
de un modo descuidado al estibar un mundo
antes de emprender su viaje hacia otro,
ignoto.
Pero además los días y las transpiraciones y los miedos
y las manchas de herrumbres en los cascos.

Acaso la meditación del capitán;
una frente surcada de horizontes y vuelos de gaviotas,
unos ojos sin duda mensurantes,
agrimensores de almas navegantes y cielos resbalando
sobre las curvaturas de las aguas inmensas
y recayendo al fin en sílabas y nombres y fechas y cardúmenes
que perturban las vigilias memoriosas de las bitácoras
y establecen sus diálogos expuestos
como heridas abiertas que se cierran cercadas por silencios interminables.


Amilcar Luis Blanco (Pintura de Ernesto Romero)

jueves, 3 de julio de 2014

FIESTA





Bajo la luz y al aire nos sentimos en fiesta,
el bullicio renace de almas y corazones,
flores, viandas, bebidas y danzas y canciones,
globos y banderines, niños, niñas y orquesta.

Urge dejar la ira, el dolor, lo que cuesta,
para ingresar desnudos al umbral de ilusiones
donde todos festejan las vidas y los dones,
la alegría propaga su pólvora compuesta.

Desear  no nos estallen desgracias entre sones
de músicas festivas porque la danza presta
arrullos, contoneos, suspiros, situaciones,

delicias a los cuerpos, gráciles, sin protesta,
y nos suma en un caos de untuosas emociones,
humanos, hermanados en la banal propuesta.

Amilcar Luis Blanco  ("La juventud de Baco", pintura orgiástica de William Adolphe Bouguereau)

miércoles, 2 de julio de 2014

Ojos en lágrimas


Hoy me atrevo al azul, en la roja recoba
del lago,  al mar, al alma,  al hondo cielo
y desde un recio corazón  en  duelo
encarezco mi pena que a las montañas boga.

El oscuro horizonte se cierra y desahoga,
como un párpado húmedo en el suelo,
mi tamaño de llanto y desconsuelo
y extendiéndose lento en agua azoga.

Todo tiende a ser ojos en lágrimas y eroga
un corazón de cámara y retina; un desvelo
que en fiel melancolía se cifra y epiloga.

Pero todo también se hace pasión y celo
al cifrarse en recuerdo, y brilla y se deroga
en olvido y vigilia de accidentado vuelo.

Amilcar Luis Blanco  (Pintura de Luana Sacchetti)


martes, 1 de julio de 2014

La cópula



Los amantes

"Seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo"

Miguel Hernández



Hasta aquí la ternura, más allá la esperanza,
mientras tanto el peligro, la duda disolvente.
El sexo anuda seres para pelear lo hiriente
de un tiempo que nos hunde su corrosiva lanza.

La cópula es un nexo y hacia los dos avanza
para fortalecerlos en un trabado frente
contra las adversidades de un minado presente
para sus cuerpos y almas, la residual fianza.

La cópula eslabona además la templanza.
Su reiterado juego entre amantes consiente
el antes y después de una manida danza.

La cópula es futuro de la especie, su puente.
Une nuestro pasado en su gozosa usanza
a nuestros hijos hondos, al porvenir creciente.

Amilcar Luis Blanco  (Pintura de Ingreed Martinez "Dos amantes")

EDITH PIAF. Non, Je Ne Regrette Rien, Subtitulado