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viernes, 2 de diciembre de 2011

ORFEO Y EURÍDICE


Hierve la sangre, alienta, sin encontrar su tope.
Circula incontenible por mis venas y vasos
ardiéndome por ser entre tus brazos,
el potro que despliegue su visceral galope.

Urde la sangre el ansia del temulento choque
y busca el laberinto, guía para sus pasos,
que lo lleven al sitio donde aferren sus lazos
nuestras manos y labios sellen ebúrneo bloque.

Si, Eurídice, me esperas por mor de que te toque
y haga temblar la fiebre que vibra en tus costados
traspasaré la niebla sobre el leteo. Enroque

con Hades mismo haré y en su estigio mis hados
me reunirán contigo cuando blanda el estoque
de mi órfica pasión en los eternos prados.


Amílcar Luis Blanco (Pintura de Gustav Moreau)

1 comentario:

  1. Muy hermoso poema, Amílcar querido, inspirado en esemito clásico de Orfeo y su Eurídice arrebatada fatalmente por una muerte precoz. El poema es un canto al amor a pesar de las vicisitudes de la vida, que puedan desembocar en funestos desenlaces. Y es que para escribir así, con tanto sentimiento, antes hay que haber amado.

    Mis felicitaciones, mi muy querido Poeta.

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