Seguidores

Translate

viernes, 21 de octubre de 2011

ENVIDIA


Verde, rojiza, amarillenta,
en su vórtice denso
de bilis y tormenta,
encegueciéndonos a negro intenso.
Mientras los que hacemos las tareas
pocas veces podemos usufructuar los lujos,
los ricos, sin enfados, sin tapujos,
disfrutan y se hartan de todas sus preceas.
La envidia, incontenible, igual a las mareas,
inunda sin embargo con renovados flujos
sus deseos ahitos, sus hartantes embrujos
y hace sangrar sus egos en sórdidas peleas.
Cuando el tiempo ya no alce sus mágicas poleas
y juventud y riqueza no alienten ya sus pujos,
remplazarán carámbanos las encendidas teas
la indecorosa envidia soltará sus maneas
las sangres en las viñas serán secos orujos
y joyas y riquezas cenizas y dibujos.
Verde, rojiza, amarillenta,
elevará la envidia su espiral de vacío
y habrá sólo fantasmas en la penumbra lenta
sobre la tierra yerma no habrá tuyo ni mío.

Amílcar Luis Blanco

"La envidia" pintura de Gabriela Sánchez Apodaca

3 comentarios:

  1. Maestro, este poema resume, mediante preciosos versos, lo que es la envidia, esa enfermedad del alma que corroe el espíritu de quien la padece y provoca sufrimientos en sus víctimas. Y es que quien siente envidias y celos, no sólo hace sufrir, sino que sufre también.

    Tus alegorías y metáforas cromáticas, son de una belleza impresionante, parejas a esa riqueza léxica que exhibes en tu poesía. Mis felicitaciones, querido amigo.

    Un besito y disfruta mucho del finde.

    ResponderBorrar
  2. Vibrantes, rítmicas, resonantes palabras las que conforman este poema. Sus imágenes resultan enormemente expresivas y contundentes.Rebosan una fuerza casi palpable.
    Enhorabuena. Me ha encantado.
    Un cariñoso saludo desde Gijón.

    ResponderBorrar
  3. Gracias Carmen por tu elogioso comentario. Un cariñoso saludo para tí

    ResponderBorrar

Los comentarios son bienvenidos pero me reservo el derecho de suprimir los que parezcan mal intencionados o de mal gusto