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miércoles, 22 de junio de 2011

Hija de la esperanza.-


Para mi tu mirada quebró sombras,

senderos y distancias

Aguas de luz en pómulos y frente,

patinaron sus ansias.

Adioses y caricias mezclados con delfines

que a mares de delicias escapaban

de tristezas amargas.

En tus ojos de miel, auroras con mohines

de padres asomados a tu cuna

aliviaban sus cargas

de dolores y penas y aflojaban trajines

en tu sonrisa rauda de princesa emoliente,

recién llegada al mundo, toda boca de beso,

surtía la alegría su diamantina fuente

y la aurora se abría con tu primer bostezo.


Amilcar Luis Blanco

4 comentarios:

  1. "Y la aurora se abría con tu primer bostezo"
    Hermoso poema, tierno como su protagonista. Me sensibilizo con ella, ya que me han hecho abuela justo hace mes y medio.
    Gracias por ofrecerme esta ternura en tu poema.
    Un abrazo

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  2. Es bellísimo y tierno como pocos este poema tuyo, Maestro. Me emocionas con tus versos al punto de que las lágrimas brotan de mis ojos ante las primeras letras, como si ellas te agradecieran tanta belleza como mis ojos leen cada vez que sangra un renglón.

    Gracias, Amílcar, tu profunda sensibilidad halaga mis sentidos y me mece en un mar de ternura, de amor dulce y entrañable, como si la propia vida brotase de tus versos, parida por tu intelecto de poeta tierno y maravillosamente adorable.

    Te lo diré en argentino, Maestro, permitiéndome una ligera licencia: ¡Sos un amor de hombre y de poeta!

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  3. Gracias Carmela. El verso que transcribiste tuvo antes otra redacción, celebro haberla cambiado porque provocó tu reconocimiento y elogio que me llena de orgullo viniendo de una poeta como vos. Un beso agradecido.-

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  4. Gracias, querida Mayte. Tu tienes un generoso y sensible corazón de poeta y eres un amor de mujer y de poeta como decimos en Argentina, vos me cantaste "truco" y te contesto, "quiero y retruco"

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