Lunas empalidecen por las noches
el patio de la casa en ascuas,
todavía con día
desparramado en sus soledades
y hay un recuerdo de blanco reflejo,
de riel en el desierto,
de esforzados camellos
viniendo de las dunas, desplazándose
Y para colmo alguien
hurga en un bandoneón
sus menires de esperanza,
abre y cierra preguntas,
y clama y ulula y sirenea
y bufa, bufa,
como la cafetera del último bar
de la noche enhiesta.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
ResponderBorrar...y divagamos majaderamente
para re-
encontrarnos con nosotros mismos,
con el Uno desatado dentro de nuestro ser.
¡Muy bueno, Belmar! El poema es un acto colectivo, no importa quien lo escriba, siempre hay alguien que lo hace, como los grafitis. Uno siente que hay alguien del otro lado, aunque sea de la cordillera. Espero no estés padeciendo el terremoto y que esa tierra deje de temblar.
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